La noche de San Juan, una noche...llena de músicos callejeros, artistas sin luces ni escenario que viven al margen de la industria musical, esos que te despiertan una sonrisa cuando vas leyendo en el metro o siguiendo la conversación de los que tienes a tu lado...las vistas desde la azotea; los fuegos artificiales que asomaban detrás del edificio de Correos, la Diosa de la sabiduría y de las artes, el ángel del edificio Metrópolis...la improvisada danza entre la batucada y los tambores africanos...y no podían faltar los deseos, con todos los que tengo... tres de ellos, que ardieron en un pósit en la calle Hortaleza...a la espera de que se cumplan, aunque no sólo depende de mí...o tal vez sí...
Vane