domingo, 25 de octubre de 2009

Magia cinematográfica hecha a mano



El escritor Neil Gaiman recuerda que la génesis de Coraline tiene muchos puntos en común con la historia finalmente narrada. La escribió a prinicipios de los 90, cuando su hija tenía 4 o 5 años. "Caundo volvía a casa del colegio yo ya estaba en casa escribiendo. Ella se subía a mis rodillas y me intentaba ayudar, dictándome pequeñas historias sobre una niña cuya madre era raptada por una bruja mala". Gaiman buscó un libro parecido, de niñas y brujas, para leerselo a su hija. "Como no encontré ninguno, decidí escribirlo yo", recuerda el escritor. "Mi padre me leía partes de Coraline cuando era niña. Es la historia que él había empezado para mí y que nadie había leído antes. Es un cuento precioso y desde entonces ha estado conmigo", recuerda Holly Gaiman, la hija del autor.

Unos pocos minutos bastan para ver el making of, la artesanal "stop-motion", en la que los animadores trabajan fotograma a fotograma (unos 24 fotogramas por segundo)...es como mover marionetas sin cuerdas... Se fotografía cada fotograma para la cámara de cine y luego se ensamblan y proyectan las miles y miles de fotografías. "Veo magia todos los días, los personajes actúan de verdad a través de las manos de los animadores”...

Los mundos de Coraline. Henry Selick (2009).