domingo, 21 de marzo de 2010

Hay silencios que deberían convertirse en realidades




"No importa el nivel de desarrollo del lugar, en todas partes hay silencios individuales y masivos".

Escultor autodidacta, Rivelino aplica los conocimientos adquiridos en sus estudios de Psicología para plasmar en metal conceptos que, como la libertad de expresión, busca defender en unas creaciones "siempre accesibles para todo el público", matiza.
Y es que, aparte de las diez efigies que representan en su híbrido rostro los rasgos de todas las razas, el mexicano acompaña el montaje con una caja metálica con letras esculpidas en Braille y ranuras a través de las que se pueden tocar las cuatro mini esculturas que están en su interior.

Las bocas de los bustos están tapadas, selladas en representación de esos tabúes sociales que "no se admiten ni cuando nos miramos al espejo. Los silencios más graves son los que todo el mundo conoce y, aun así, permanecen sin denunciar".



Nuestros silencios de Rivelino. Parque Juan Carlos I (Madrid)