"La resta de dos me da un 1. Porque hablo de lo que me pasa, porque hablo de lo que siento, porque vivo un momento de soledad, y en una sociedad individualista. Un mundo en el que los lados opuestos no están tan separados, en el que el cambio de un estado a otro sucede de forma continua, donde la risa se convierte en algo triste, y la caída en un momento elegante".